Reglamento del centro:
Si el Centro Educativo establece que no se puede asistir a clase con la cabeza cubierta, nadie debe hacerlo. Pero debemos considerar si en la elaboración del régimen interno del centro se ha tenido en cuenta la diversidad cultural de la población que asiste al mismo, así como la utilidad real de esta norma ¿Es necesaria o fue, precisamente porque tuvieron en cuenta este aspecto, por lo que la incluyeron?
Cada centro tiene una cultura propia, por lo que también tiene diferentes formas de organizarse y actual respecto a esta cuestión. Pero los medios de comunicación y la influencia social en general están forzando a la educación pública general a posicionarte respecto a esta cuestión. ¿Tratamos de evitar el uso de gorras, pañuelos, sombreros, etc o se trata de silenciar las diferencias culturales?
Xenofobia o racismo educativo:
Surge la duda sobre si existe o no un transfondo racista en este tipo de normativas. Quizá exista alguna razón lógica que haga necesaria la prohibición de cubrirse el cabello en el centro para la mejora de la convivencia. Quizá en algunos centros se intenta evitar el asistir a clase con la cabeza cubierta para evitar dificultades de identificación, promover una falsa sensación de homogeneidad entre el alumnado o resolver algún tipo de conflicto concreto.Siendo esto cierto, sería apropiado explicar los motivos que hacen necesaria la regulación del uso del pañuelo. ¿Qué se intenta proteger?, ¿Qué derechos garantiza esta norma?, ¿Cómo puede afectar al alumnado.
Esto ha provocado la explosión de argumentos desde una postura claramente etnocentrista. Afirmaciones que sugieren que el alumnado extranjero debe adaptarse a nuestra cultura y que al darles cobijo en nuestro país deberían renunciar a sus costumbres.
El cumplimiento de la ley de este país es preceptivo para todos sus ciudadanos pero, hasta el momento, ninguna ley española regula la indumentaria de las personas. Y debo recordar que el respeto a nuestra cultura es perfectamente compatible con el derecho de las personas a identificarse libremente como miembros de otras culturas a las que también se sienten orgullosos de pertenecer.
Igualdad y género:
Por otro lado, también hay quien se escandaliza por la connotación machista de la prenda, considerando al pañuelo un símbolo de sometimiento que las alumnas no llevan voluntariamente y representa un ataque a la igualdad de la que tan orgullosos nos sentimos en los países occidentales. Nosotros, desde nuestra cultura, perforamos las orejas a nuestras niñas, les enseñamos las labores del hogar, la necesidad de la depilación y demás cuidados estéticos, lo sensual y seductor de calzar tacones altos y la importancia de la discreción en el ámbito sexual.
La educación de la práctica totalidad de todas las culturas suele tener diferencias de género que asumimos con total naturalidad, sin embargo, pensamos que lo que atenta contra la dignidad femenina es la tradición musulmana de cubrirse el cabello. Hay quien argumenta que en España el no uso de tacones o la depilación no se regula ni penaliza legalmente, del mismo modo que es opcional (por el momento) el uso del pañuelo. Pero hay que reconocer que las posibilidades de éxito social y laboral de una mujer que no se someta a los cánones estéticos de nuestra cultura son muy reducidos. ¿Alguien se presentaría a una entrevista de trabajo con las axilas y las pantorrillas sin depilar y el pecho a su altura natural? ¿Sería aceptada entre sus iguales una chica de 18 años que fuese al instituto o a la piscina con ese aspecto?
El pañuelo es un signo de identidad cultural y como tal debe ser respetado. Si bien, la cultura a cuyos miembros identifica, contiene también aspectos de dudosa legitimidad con respecto a la dignidad de la mujer (del mismo modo que la cultura occidental). Sin embargo, junto a dichos aspectos, existen muchos otros admirables y respetables que caracterizan a los miembros de la comunidad musulmana, que también están representados en el uso del pañuelo.
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Debemos apostar por una comunidad educativa donde se pueda expresar libremente la identidad cultural del alumnado, desde una perspectiva de educación para la diversidad. Promover una educación multicultural es una tarea necesaria para todos los involucrados en el proceso educativo: padres, profesores, alumnos y miembros de la administración. Sólo respetando esta cuestión podremos garantizar que los estudiantes vean reflejado en el currículo escolar sus diversos estilos cognitivos, su cultura y sus aspiraciones sociales, más allá del grupo étnico al que pertenezcan.
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