LA LECTURA Y EL CINE COMO RECURSOS EDUCATIVOS

Se puede adquirir la experiencia de lo que aún no se ha vivido si se anticipa de modo virtual. Esta afirmación nos permite observar que la lectura y el cine amplían nuestro concepto de las posibilidades de la experiencia, y se convierten en grandes aliados a la hora de educar la afectividad de las personas jóvenes.

Sentirnos en la piel del protagonista, resolver conflictos, afrontar situaciones complejas, aprender de los errores del amor... Todo esto se interioriza de un modo entretenido con la lectura de un libro interesante, con la visualización de una película, o incluso con algunos videojuegos. Como educadores, debemos aprovechar estas posibilidades para lograr un aprendizaje más significativo, desarrollando virtudes como la empatía.

Citando a María García Amilburur: "La comunicación metafórica que utiliza como recurso retórico la narración de historias, es un medio muy apto para facilitar la interiorización y la conexión de los contenidos expuestos con la experiencia vital de quien los lee o los contempla."

LA ACTIVIDAD DEL MEDIADOR

Para que una institución educativa sea capaz de prever la resolución de disputas dentro del seno educativo es necesaria la presencia de una serie de mediadores accesibles para el alumnado. Se trata de una función en constante progreso y cuyos resultados son positivos tanto para la institución educativa como para la sociedad. En esencia, la mediación ha de analizar previamente el conflicto para posteriormente elaborar un método que consiga la cohesión de las partes, procurando que sean estas las que encuentren la solución conveniente, siguiendo unas premisas fundamentales:

• Hacer ver a las partes del conflicto que son ellos los que han de solucionar el conflicto dialogando, desarrollando las aptitudes de escucha y comunicación, exigiendo honestidad y franqueza.
• Tener en cuenta que la diversidad de pensamientos y cultura constituyen riqueza para la sociedad.
• Ha de realizar actividades de cooperación entre las partes, colaborando en el desarrollo de la empatía y aumento de la confianza personal.
• No siempre existe un ganador y un perdedor, por lo que hay dos posibilidades; han de cooperar, no competir.
• Fomentar la capacidad de los alumnos de realizar un juicio crítico y valorativo de si mismo, facilitando una perspectiva de autoconocimiento.
• El mediador ha de hacer ver a los alumnos que no se trata de un proceso punitivo ni amenazante, sino más bien creativo que facilitara la aportación de nuevas ideas y sobre todo confidencial; su labor es ayudar.

A raíz de dichas premisas, es imprescindible que el mediador realice un análisis teórico de la situación, para llevar a cabo un desenlace práctico que sea factible a la hora de resolver el conflicto. Existe un amplio abanico de métodos, entre los que destacan los más utilizados que permiten desarrollar la actividad;

• Representación de situaciones ficticias que permitan detectar los elementos que influyen en el conflicto.
• Realización de multitud de juegos que cohesionen y dinamicen el grupo
• Utilización de técnicas de negociación y mediación con juegos de rol, intentando partir de casos reales.

El mediador no obstante no ha de prever el método antes de analizar el conflicto, puesto que en la mayoría de las ocasiones la clave para resolver una disputa no es tanto el tiempo que o los métodos empleados, sino el análisis completo de la situación.

INTRODUCCIÓN A LA MEDIACIÓN DE CONFLICTOS

Haciendo un breve recorrido histórico, podemos afirmar que fue en el 1960 cuando surgen en Estados Unidos los primeros movimientos de mediación. Sin embargo, no aparecen en Europa hasta diez años después. En España concretamente, fue en el año 1993 cuando hizo hincapié en el País Vasco y, desde entonces, se contempla el modelo de mediación en muchos ámbitos. Recientemente, han sido integrados en las instituciones educativas grupos de mediación formados por docentes, equipo directivo y asociación de alumnos del centro en cuestión para tratar cualquier conflicto que pueda suceder en él.

Conflictos (como violencia y maltrato, discriminaciones, problemas de convivencia, etc.) están a la orden del día en nuestras aulas, y por ello es necesaria la compresión y apoyo de un grupo de personas que ayuden a resolver las diferencias que pueden suceder entre alumnos o docentes.

El grupo de mediación se basa en la resolución de conflictos mediante una tercera persona de carácter neutral (docente, alumno o dirección del centro) que basa la resolución de la disputa en la comunicación, de un modo que hará reflexionar a los protagonistas basándose en el respeto mutuo. La idea es que ambas partes encuentren una solución al enfrentamiento y que las dos partes salgan satisfechas. Es muy importante no identificar el conflicto como un acto positivo o negativo, sino con la intención de terminar con el problema y desarrollar la base o supuesto de la discusión para mejorar la convivencia.

En definitiva, es de real importancia la enseñaza de valores éticos y morales para poder evitar futuros conflictos en instituciones educativas, y si estos surgen, disponer de un equipo en el centro que sea el encargado de mediar en el asunto mediante actividades especializadas y cuya base sea el respeto mutuo y la tolerancia.